lunes, 14 de septiembre de 2009

Entrevista publicada en Diario de Ferrol

Han sido varias veces las que me han intentado contactar para hacer programas del estilo xxxxx por el mundo. Por uno u otro motivo nunca cuajó. En realidad, le tengo poco aprecio a la fama. Pero esta vez, tratándose de un pequeño periódico local, me ha parecido mucho más lógico colaborar. Después de todo, las grandes corporaciones tienen recursos para conseguir noticias. Si están interesados en entrevistarme, que paguen, como a toda esta tropa de impresentables de salsa rosa y demás familia. Pero con el diario local es distinto.

Esto es lo que han publicado en Diario de Ferrol bajo el título de "Cerca de un año Lost in Translation":

José y su novia Elena en oedo Onsen, donde proporcionan la yukata, similar al típico kimono

HAY UN FERROLANO EN... TOKIO
Cerca de un año “lost in translation”

REPORTAJE DE M.F.G.

El ferrolano José López Villar lleva desde el año pasado viviendo en el lejano Oriente. Actualmente reside en Tokio, una ciudad en la que a menudo afirma sentirse “Lost in translation”, como Bill Murray y Scarlett Johansson en la película de Sofía Coppola. De los japoneses dice que son muy educados, aunque también algo distantes, una frialdad que trata de combatir a base de queimada gallega. Pronto volverá a su tierra para establecerse en Narón, donde podrá volver a disfrutar con los amigos de siempre de una Estrella Galicia. Algo que echa de menos aunque, por cierto, esta cerveza ya ha llegado a algunos bares nipones.
La aventura oriental de José López Villar comenzó el año pasado en China, gracias a una beca del Instituto de Comercio Exterior (ICEX) para trabajar en la Oficina Comercial de España en Pekín. De ahí le surgiría la oportunidad de saltar al vacino Japón y hace algo más de seis meses se mudó a Tokio.


­¿Qué te llamó más la atención del lugar cuando llegaste?
­El cruce de cinco calles de Shibuya. Me parece increíble que en pleno centro de la ciudad pueda existir un cruce así sin que sea un caos circulatorio. También la ausencia de papeleras. Tengo entendido que las retiraron desde el ataque de gas sarín que sufrieron hace unos años. Pero lo cierto es que ahora si tienes que tirar algo a la basura, lo más posible es que lo tengas que guardar hasta llegar a casa. Y no por ello las calles están sucias, más bien todo lo contrario.

­¿Cómo es la vida en la ciudad?
­En ocasiones, una auténtica locura. Y en otros momentos, igual que vivir en cualquier otra ciudad. Madrugar, ir al trabajo, salir tarde, volver a casa, disfrutar de un par de horas libres de descanso, cenar, y para la cama. En resumen... te has pasado el día en la oficina y en casa, que no dista de ser muy difrente a lo que tendrías en España.

­¿Cuáles son las principales diferencias respecto a vivir en España?
­El domicilio es un cambio significativo. En la primera casa que me quedé mientras no encontraba algo más media cinco tatamis, que al cambio son casi ocho metros cuadrados. Y en España se protestaba los 30 metros cuadrados de vivienda que proponía la ministra por no ser suficientes para un hogar digno....

­¿Qué es lo que más te gusta?
­Mis compañeros de trabajo. Son buena gente.

­¿Cómo describirías a la gente?
­Muy correcta y educada, siempre dispuesta a echar una mano. Por otro lado, en ocasiones pueden resultar un tanto fríos y distantes para como acostumbramos a ser nosotros.

­¿Qué echas de menos de Ferrol?
­La Estrella Galicia. La hay en algunos bares, pero no es lo mismo sin compartirla con tus amigos de toda la vida.

­¿Ejerces de algún modo de gallego? Por ejemplo, con la gastronomía.
­Soy un pésimo cocinero. Pero preparo unas muy buenas queimadas. A los japoneses parece gustarles mucho, así como el recital del conxuro.

­¿Piensas en volver algún día?
­Muy pronto. Estoy deseando establecerme con mi novia por Ferrolterra. Aunque con esto de la crisis asusta el retorno.

­¿Cómo han sido las dificultades lingüísticas?
­Mal. El japonés me parece mucho más sencillo que el chino, pero este año no me he puesto a estudiar como el año pasado, y sólo se decir lo básico.
­
¿Cuál es tu anécdota más curiosa?
­Tengo para parar un carro, pero creo que no son confesables para un medio público ;)

El lugar >
En la capital de Japón viven cerca de 13 millones de habitantes y la ciudad figura habitualmente entre las más caras del mundo. José lo advierte, “si se viene, se ha de tener en cuenta que es un país bastante más caro”. No obstante, añade, los precios no difieren tanto de los que un turista se puede encontrar en Madrid si no conoce los sitios. “Cuando uno se empieza a manejar, encuentra que se puede sobrevivir sin gastar tanto dinero”.
Para los turistas, afirma, es imprescindible comprar un Japan Rail Pass, que permite viajar por el país una o dos semanas con una tarifa plana de transporte, lo que supone un gran ahorro.
En cuanto a la fecha, lo óptimo es a finales de marzo, cuando son los hanami (florecer de los cerezos). “El país entero está precioso, y no deja de ser sorprendente ver a una cantidad increíble de japoneses haciendo botellón peleando por las mejores vistas a un cerezo”.

Si conoces a gente de Ferrol, Eume y Ortegal que viva fuera de Galicia y quiera aparecer en esta sección, escríbenos al correo:
hayunferrolanoen@yahoo.es

4 comentarios:

Alberto dijo...

En tu tierra deben estar muy orgullosos de ti. Yo puedo confirmar que allá donde vas llevas las bondades de Galicia. Recuerdo las botellas de Estrella que tenías en tu casa de Pekín.

Un abrazo.

Peque dijo...

Si... pero eso, sólo bondades del beber.

Para las gastronómicas soy un desastre... a ver si cuando vuelvo a España aprendo a cocinar con una cierta decencia, que ahora solo me da para huevos fritos con patatas, y poco más...

Por cierto, tengo un email pendiente. No lo olvido... pero a ver cuando me pongo.

Otro abrazo,

Zero dijo...

Cagoendiez peke, si necesitas un profesor de tortilla española aquí tienes uno, por cultura gastronómica que no sea :P

Peque dijo...

No te digo que no, que a mi retorno me asesores a preparar una buena tortilla. Yo es que en Rialta la dieta básica era pasta, perritos calientes, y sandwiches con triple de salsa brava y tabasco.

Un abrazo,

Peque