martes, 23 de septiembre de 2008

Japón: Dia 7

Llegamos a Roppongi, y ya por la calle se veía un montón de pubs y gente en la puerta incitándote a entrar. Despues de otear un par de ellos, fuimos a un bar tranquilo a tomar una copa y charlar. Ya con la copa en el cuerpo, fuimos a darle un poco más de caña al esqueleto y entramos en un lugar llamado gas panic. Petado de gente hasta atrás, pero buena música. Y mucho perreo.

Los camarores se acercan a tí cada vez que te acabas la copa, y has de pedir una nueva o te echan. Así que es mejor dosificar el ritmo.

Con ese frenesí, sólo puede decir que Sarah fue capturada y retenida por un soldado de los Estados Unidos de América. No puedo dar más detalles :P

Así que quedé yo sólo al más puro estilo Rambo combatiendo contra esa perversión. Después de un rato, fui al local que había escaleras abajo, y eso ya parecía sodoma y gomorra. Decidí darme a la fuga para casa a las 4 y pico de la mañana, cuando me encontré a Sarah, que se estaba a punto de liberarse de su secuestrador :P

Total, que decidimos quedar en un restaurante al lado del metro. Allí las prostitutas que se encontraban allí intentaron alunizarme, sin éxito. Eso sí, ante mi buen nivel de chino, decidieron agasajarme con un masaje de hombros hasta que llegase un buen cliente... Las cosas que le pueden pasar a uno en Asia.

Ya finalmente apareció Sarah, y decidimos ir a ver el pescado en la lonja de Tsukiji. Por el camino paramos a desayunar en un Fridays. Llegamos a donde se suponía que estaba el mercado, pero o bien no estabamos donde creíamos estar, o las 6 y pico de la mañana ya es demasido tarde y está todo el pescado vendido, o y a no es posible acceder los guiris a ver el espectáculo, o finalmente, tal vez los domingos cierre. Por una u otra razón no vimos nada. Total, que volvímos a casa a dormirla.

Ya nos levantamos a eso de las 12, fuimos a comer a Ikebukuro, una comida abundante, sin nada que destacar. Y ya despedida final en la estación de Nippori.

Hasta que nos veamos, ya sea en Kansas, República Checa, Pekín, Japón, Ferrol, o algún otro sítio más en nuestras ajetredas vidas. En cualquier caso, gracias por todo.

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